El 27 de
febrero murió en su casa en Bel Air, California, el actor, músico, director y
fotógrafo Leonard Nimoy, mundialmente recordado por su interpretación del Señor
Spock en la franquicia Star Trek, debido
a una enfermedad pulmonar. Tenía 83 años.
Nimoy era hijo de un matrimonio de
inmigrantes ucranianos, judíos ortodoxos, y había nacido en Boston el 26 de
marzo de 1931. Realizó pequeños papeles en cine hasta que a fines de los años
cincuenta se volcó completamente a las series de televisión, como invitado en
algunas de las series más populares de la época (Perry Mason, Caravana, General Hospital, The Twilight Zone) hasta
que obtuvo su primer protagónico en Star
Trek (80 episodios entre 1966 y 1969). Aquí compuso al Señor Spock, un vulcano
que se caracterizaba por su falta de sentimientos y por llevar la lógica hasta
su extremo, haciendo de contraparte del Capitán James T. Kirk (William
Shatner), más cercano al estereotipo de héroe norteamericano.
El capítulo
piloto, “The Cage”, fue objetado por los productores por la presencia del
personaje que interpretaba pero Gene Roddenberry, el creador, se opuso a
eliminarlo porque rompería con el equilibrio que había alcanzado.
Cuando fue dada de baja la serie
televisiva, Nimoy intentó redireccionar su carrera, tratando de salir de la
enorme sombra que emanaba Spock. Fue protagonista de Misión imposible durante las temporadas 1969 a 1971, haciendo el
papel de Paris, pero no pudo despegarse del rol que lo hizo conocido
mundialmente. Esto se haría aún más difícil porque la
Star Trek original tuvo varias encarnaciones: The Animated Series (1973-1974), en la
cual casi todos los actores originales pusieron sus voces y a la que Nimoy
originalmente se negó a formar parte porque no estaban George Takei ni Nichelle
Nichols, señalando que sus personajes eran una prueba de la diversidad étnica
del futuro, y además las sucesivas películas, incluyendo una última aparición
en Star Trek: In the Dark (2013), de
J. J. Abrams.
Además, Nimoy estuvo a cargo de la
dirección de dos de las películas: Star Trek III: The
Search for Spock (1984) y Star Trek IV: The Voyage Home
(1986), y otra película que nada tiene que ver con la serie de la nave
Enterprise: Tres hombres y un bebé (1987),
que fue un gran éxito comercial. En 1975 publicó primer autobiografía, I am not Spock, donde mantiene diálogos
con el Señor Spock, y veinte años más tarde salió un segundo tomo, I am Spock, donde cuenta cómo había
llegado a identificarse con el personaje y cómo, como actor, también había
influido en el rol. En los últimos años, Nimoy se había dedicado cada vez menos
a la actuación y más a escribir poesía y a la fotografía en blanco y negro.
Pocos personajes adquirieron un
reconocimiento tan extendido como el Señor Spock, que encarnó la razón y la lógica,
y que, con sus orejas en punta y su flequillo, dieron forma al primer alienígena
amable pero verdaderamente extraño de los medios audivisuales.
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